Bob Dylan

Hoy ha llamado mi atención conocer que se le ha otorgado a Bob Dylan un Premio Pulitzer. Los Pulitzer siempre han sido conocidos - al menos por mi parte- por galardonar al ámbito periodístico y literario. Sin embargo, hoy he comprobado con gratitud que se han añadido recientemente categorías como Música o Teatro. En la presente edición se le ha concedido el prestigioso galardón o al no menos prestigioso Dylan por su "profundo impacto en la música y la cultura popular".
Huelga decir que el compositor acumula premios en sus estanterías gracias a una dilatadísima carrera con alrededor de cincuenta discos publicados y cientos de conciertos a sus espaldas. Desde que comenzara en la década de los sesenta, Dylan nos ha deleitado con composiciones magistrales como Blowin' in the wind o el versionado Knockin' on heaven's door que se han convertido en himnos para varias generaciones.

Sólo una última reflexión. Qué gustoso es comprobar que, muy de vez en cuando, se conceden premios musicales por toda una carrera a grandes artistas que no han sido flor de un día y que no han vivido o viven de un hit radiofónico. Compositores que se han mantenido fieles a un tipo de música y de público más o menos extenso y que no han buscado el éxito fácil, sino la coherencia en obra y pensamiento.