Mi amiga la liberal

(www.publico.es)

¡Ay! Este post comienza con un pequeño suspiro porque necesito tomar aire antes de empezar a desbarrar. No sé si será la famosa astenia primaveral, que me tiene alterada o soy yo siempre así pero una vez a la semana me llevo un cabreo con alguien. Si la semana pasada cargaba mis tintas contra la COPE, ésta, aunque he tratado de obviar su protagonismo día tras día, semana tras semana, le toca a mi amiga la liberal, o lo que es lo mismo, Esperanza Aguirre. Mi idea era dedicarme en exclusiva a leer lo que otros blogueros como Bruja Roja comentan con mucho más estilo y acierto que yo, y limitarme a recomendar su lectura ya que representaba fielmente lo que yo quería expresar e, insisto, estaba infinitamente mejor escrito. Pero ya me he cabreado con Mari Espe, y ya no me conformo con leer lo de otros, y ya no me sonrío cuando escucho su última idiotez por la radio porque ya me ha cabreado.
Os pongo en antecedentes. La dama se dedicó al maldirigir el Ministerio de Educación y Cultura allá en tiempos en los que reinaba Don Aznar I de Castilla y V de EEUU. No sé si debo recordar que fue aquella a la que un tal Pablo Carbonell, reportero de CQC, ridiculizó en cuestión de segundos, demostrando ser una ministra sin educación ni, mucho menos, cultura.
Continúo. Su siguiente mérito fue el de convertirse en presidenta de la Comunidad de Madrid gracias a dos tránsfugas socialistas, Tamayo y Sáez, para más señas. Olé, olé y olé.
Desde entonces todo le ha ido sobre ruedas. Se ha peleado con cada compañero de partido que demostrase tener cierto aire centrista, con ideas mínimamente aperturistas cercanas a grupos conservadores europeos como la CDU de Merkel o el UMP de Sarkozy.
Para ser justa, he de mencionar como mérito de verdad, su mayoría absoluta en las últimas elecciones autonómicas. Pero es que a costa de tan magna victoria electoral, la presidenta está haciendo estragos en la comunidad de Madrid. Y por eso estoy cabreada. Porque la sanidad es un desastre, que lo está privatizando todo con eso de que ella es y ha sido toda la vida liberalista. Que tiene metidos a curas en los comités médicos para que decidan sobre cuidados paliativos. Pero, claro, qué esperamos de alguien que permitió una escabechina en el hospital Severo Ochoa hace no mucho y que cuando todo se resolvió a favor del médico acusado de "mala praxix" Luis Montes, no se dignó ni a pedir disculpas ni obligó al que entonces fuera Consejero de Sanidad a hacerlo.
Lo último y ya me voy a tomar un valium. En sus nuevos hospitales seudopúblicos los ciudadanos de a pie no pueden hacerse radiografías. Ése es el concepto de comunidad y, probablemente de país que tiene esta señora, ciudadanos de primera y de segunda. Ya me contaréis.