Seguidores

viernes, 24 de junio de 2011

Soy maestra

Soy maestra.


He visto muchas cosas llevando muy poco tiempo. He visto la inocencia en la mirada de muchos niños y he visto, también, su tristeza y su preocupación. He visto sus ojos cargarse de esperanza y sus manos dibujar en un trozo de papel, un mundo mejor.


He visto a una compañera oler una chaqueta extraviada para saber de quién de sus alumnos era. He curado más de cien heridas solo en este último curso. He escuchado contar largos fines de semana y planes de vacaciones y comidas que se han quemado...He visto caerse más de diez dientes y moverse, unos cincuenta. Por cierto, el Ratoncito Pérez deja unos regalos muy ostentosos hoy en día en comparción con los de mi época...


Soy maestra.


He visto varias graduaciones cargadas de lágrimas. Y cuando paseo por mi ciudad, me saludan chicas ya de diecisiete años. Son exalumnas. Cómo crecen, me digo, como si el tiempo sólo hubiera dejado huellas en ellas. Las suyas adquierieron formas de mujer y aire de una juventud aún en potencia. Las mías, me han dado una madurez que a ratos me cuesta asumir. Así es la vida.


He visto llorar a un niño. A un crío que nos trae por la calle de la amargura. Un bala, un cabeza loca, un niño de la calle, medio abandonado por su familia. Se ha criado casi solo y sin cultura, sin estímulos, qué narices, sin cariño. Y le he visto llorar a mares y abrazarse a su maestro. Le despedíamos todos porque se jubila. Está estupendo, tiene sesenta años y una salud de hierro. Desea viajar y hacer muchas cosas. Pero hoy se le ha abrazado su alumno fuera del protocolo establecido, fuera del homenaje que tenía ensayado con toda su clase. Se ha saltado el guión para abrazársele llorando y preguntarle  Y ahora, ¿qué?


Soy maestra.


Y habrá pocas profesiones que aporten dosis de humanidad a gran escala a estas almas nuestras que tan vacías están de valores, de afecto y de esperanza, como ésta mía. Como ésta de la que cada día estoy más orgullosa y gracias a la que cada día soy más feliz.

10 comentarios:

Susana dijo...

También soy maestra, ya sabes, y hoy has conseguido emocionarme hasta la lágrima.

Creo que este año ha sido el que más reconocida he sentido mi labor como docente, algo realmente raro en estos tiempos que corren.

Los besos de los papás y los abrazos de los nanos son el mejor regalo que nos pueden hacer.

En fin, te mando uno de esos abrazos por lo bonito de tu escrito. Y otro porque sí.

Aquí quedan los dos.

Marcos dijo...

Desde luego que la profesión de docente (da igual la edad y lo digo por experiencia) es muy reconfortante. Ver como te esfuerzas por enseñar algo, como evolucionan y luego te lo agradecen es muy bonito.

Gracias por la parte que te toca...

MucipA dijo...

Acabas de expresar gran parte de mi vida y me has emocionado mucho. Yo también soy maestra y además también celebramos la jubilación del director del colegio este 30 de junio.
Y vaya que está generoso el Ratoncito Pérez últimamente, ya hubiésemos querido nosotros...
Se acaba el curso, y ahora, ¿qué?
Pues a recargar fuerzas para seguir el curso que viene transmitiendo conocimientos, cargándonos de paciencia y viendo más lágrimas, mocos y dientes moviéndose.

FELIZ VERANO!

Laura dijo...

Gracias, "colegas". Soy consciente de que no he contado nada que no sepáis cualquiera de los tres, sea cual sea vuestra especialidad o nivel de docencia.

En cualquier caso, ¡Quién pillara una jubilación a los 60 con este futuro tan negro que se nos presenta!

Un abrazo fuerte para vosotros también y que vaya bien la última semana antes de las vacaciones.

Boris dijo...

los maestros sois parte muy importante de la sociedad, formáis y educáis a las nuevas generaciones y eso debe ser satisfacción, además tu lo estas haciendo bien si te saludan exalumnos, eso es que les dejaste buen recuerdo

en la enseñanza hay de todo y algunos profes dejan mejor recuerdo que otros, yo con algunos me paro a hablar con ellos por la calle aún cuando ya ha pasado años y a otros sin embargo ni los saludo.

ahora tienes dos meses para descansar, disfruta de las vacaciones que las tienes merecidas

Laura dijo...

Interesante, Boris, esa visión de alumno. Yo me acuerdo muy bien de mis días de estudiante y trato de no olvidarlos a la hora de pensar cómo he de actuar como maestra.

Gracias.

Cecilia dijo...

Ay, que yo te había dejado unas palabritas y no te llegaron....!
Eran para decirte que teneis un papel muy importante porque ayudais a las personas a crecer, a formarse, a sociabilizar en una época en que se puede hacer mucho bien y se pueden marcar sendas. Yo admiro a los maestros y me siento orgullosa de quienes en mi familia ejercen ese oficio.

Laura dijo...

Oye, me voy a mosquear yo con blogger, que últimamente muchos os estáis quejando de que no aparecen los comentarios. Mmmmm, mira que me llevo a la chica de la trenza a otro servidor, ¿eh?

Un besito y disculpas.

Heloise dijo...

Qué bonito todo lo que dices y cuentas, Laura, ¡qué profesión tan vilipendiada la vuestra! y.... sois tan necesarios.. Para el próximo curso han quitado plazas de maestros en varias Comunidades Autónomas, ¡qué error tan grande y tan grave! no hay nada que enriquezca más a las personas en general y a los niños en particular, que una buena educación y profesores que les hagan amar el estudio. ¡Estoy segurísima de que tú eres de éstos! Muchos besos.

Anónimo dijo...

Se te echa de menos Laura!
Sí, eres maestra, y encima de las buenas :3

Lara.