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sábado, 30 de julio de 2011

Irreflexiones de una madrugada extraña

Estas madrugadas extrañas suceden lo mismo en invierno que en verano con la diferencia de que, en verano, el sol te sorprende mucho antes de lo deseado y viene acompañado de un frío demasiado intenso para un simple camisón. Yo sólo creo en las madrugadas si son con amigos y botellines cerveza. No creo en el insomnio ni siquiera en noches como ésta, en las que conciliar el sueño es una utopía como otra cualquiera. Creo en los remordimientos de conciencia, eso sí. En los flecos que dejamos sin cortar a lo largo del día, o de algo más de un día. Creo en esos oportunistas fantasmas que no aparecen nunca antes de las doce de la noche y en sus malignas intenciones.

Estas madrugadas te conducen a revisar la libreta de tareas pendientes y comprobar que, efectivamente, no has hecho nada de lo que hace ya semanas te propusiste hacer. Lo bueno que tiene esta duermevela es que no te riñes, no te condenas, no te castigas. Al contrario, te das una palmadita en la espalda y un ea, tú puedes con esto y con más.

Estas extrañas madrugadas sirven, en realidad, para muy poco. Crees que puedes arreglar el mundo desde un sofá desenfundable lleno de cojines que no combinan y finalmente acabas por rendirte delante de la pantalla de un ordenador portátil y confiesas que el mundo es una mierda, sí, pero que tú has sido muy feliz. 




6 comentarios:

Luis Cano Ruiz dijo...

Las noches en las que intentamos arreglar el munod desde un sofá son muy peligrosas. Si estás sólo, puedes acabar pensando que la solución se haya a años ñuz, y que el mundo sólo podrá llenarse con la felicidad de las cosas pequeñas.

Que, por otro lado, no es poco.

Cuídate.

Boris dijo...

a mi también me ha pasado eso varias veces, hay madrugadas en que cuando nos desvelamos le damos demasiadas vueltas a todo. después pasada la noche todo se ve diferente

Laura dijo...

Fue una madrugada muy rara, desde luego. de ahí este post tan poco ortodoxo.

Gracias por estar, por comentar, por comprender.

Un besito.

Marcos dijo...

No todas las madrugadas van a ser de amigos y botellines de cerveza. Alguna tiene que haber diferente, aunque en ocasiones no nos guste...

Cecilia dijo...

Si el resultado es positivo para quien no concilia el sueño, merecen la pena esas madrugadas. Y más en verano, que es un espectáculo la noche y el amanecer

Laura dijo...

El resultado, en mi caso, es que al día siguiente no hay quien me aguante :-)

Gracias.