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sábado, 22 de octubre de 2011

Y si...

Si el amanecer llegase de pronto y nos sorprendiera desnudos, no cubras tu cuerpo con las sábanas de la vergüenza. Disfruta, sueña despierto, acaricia los reflejos cobrizos de mi pelo al sol del alba y aprovecha que estás despierto para saborear ese momento como si fuera el último. Como si fuera la última oportunidad que tienes de tocar la vida con la yema de tus dedos, de rozar tus labios con los de la felicidad, de dejar tras los cristales la nostalgia, el cansancio, la pena y el dolor.

Vive este día como si fuera el último, como si el futuro fuera un invento, como si el pasado no sirviera para nada más que para recordarnos los errores que no podemos repetir. Y si la vida te brinda una flor malva de primavera o una hoja de ese rojo otoñal que tanto te gusta, no la dejes caer al suelo. Guárdala como un tesoro, cuídala como a tu propio hijo y demuéstrate a ti mismo que vivir es soñar, desear, esperar con determinación y sin flaqueza que el mundo vaya siendo, poco a poco, un lugar mejor.


4 comentarios:

Luis Cano Ruiz dijo...

Que bello texto en este medio día aún cálido. Mientras espero que el otoño llegue a Madrid, leo y sueño vuetros lugares de alfombras de hojas.

Cuídate.

Boris dijo...

que bonito Laura, me gusto mucho

Marcos dijo...

Me gustó el relato y como tú dices VIVE la vida...

Heloise dijo...

Bonito poema sobre la necesidad de vivir y mirar siempre hacia delante!