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jueves, 5 de junio de 2008

De toros y toreros

Alvárez del Manzano (Ex-alcalde de Madrid) EFE

Los toros, la feria, la "fiesta nacional", un espectáculo que no deja indiferente a nadie. Por un lado, los forofos que se abonan cada año a la feria de turno para ver las corridas. Por otro, sus detractores, que se muestran en contra del maltrato a los animales y que consideran que es una vergüenza que en los tiempos que corren aún se asista en masa a observar como un señor (o señora, cuando alguna sale a la palestra) torea con un capote a una bestia de alrededor de quinientos kilos, le clava una serie de banderillas para acabar clavándolo una espada entre las vértebras y ver cómo agoniza hasta morir. Y encima le cortan las orejas y el rabo, si les dan permiso los asistentes, claro.
No creo que se dude de qué parte estoy yo a la luz de lo escrito, pero eso es lo de menos. Lo peor es que los que hemos tenido estancias en el extranjero tenemos que aguantar atónitos cómo se nos tacha de crueles maltratadores por el mero hecho de proceder del país originario de la famosa fiesta. Sin necesidad de salir de España, atónitos tenemos que observar en la televisión cómo al seleccionador nacional de fútbol español se le representa con una montera (sombrero utilizado por los toreros) en plan torero.
Para quejarse, pida el libro de reclamaciones... porque a ver dónde hay que ir a decir alto y claro que en España hay mucha gente a la que no le gustan los toros, que todos los españoles no son toreros, que el toreo no es, ni mucho menos, la "fiesta nacional" y -lo que más me quema- que los toreros españoles no son macho-men guapetones y valientes que nos encantan a todas. Más bien, me parece a mí, que la mayoría son un grupo de ineptos que cuando se les pone un micrófono delante no hilan dos palabras seguidas. Bien es cierto que he tenido la fortuna de oir entrevistas de algún que otro matador que merecía la pena escuchar, dentro de lo que cabe.
Muchas son las campañas antitaurinas que se organizan un año tras otro para tratar de concienciar de que, gustoso o no, el espectáculo de los toros es aberrante porque se maltrata públicamente a un ser vivo (aunque algunos me digan que es un ser vivo que ha nacido exclusivamente para ello), se le hace sangrar y sufrir y se le sacrifica delante de un público que suplica esa sangre, que pide que el torero se arriesgue y se pegue al toro, que vitorea ¡olé! cuando clavan al animal un pincho gigante y que se entregan por completo cuando éste cae rendido en mitad del coso de arena.
Pero claro, esto es como todo, para muchos sólo son cuatro ecologistas trasnochados que no tienen otra cosa que hacer después de haberse bajado de la chimenea de la última fábrica a la que han ido a dar la murga. Y lo cierto es que hay muchas asociaciones antitaurinas en las distintas comunidades autónomas y asociaciones como ADDA, en defensa de los animales que, en mi humilde opinión, merecen ser escuchadas con más atención y respeto.
Y que no tenga que desnudarse la pobre Alaska, cielos, que los catarros de estas épocas ya se sabe que son muy malos. Aún, así, ahí va una foto de su campaña. Ah, y la de arriba. Vaya sustito que se nos ha llevado el pobre Álvarez del Manzano. Para una vez que es el espectador y no el toro...





( elmundo.es)



13 comentarios:

Marcelo dijo...

Imagino cómo te sentirás, porque cuando vienen mis parientes españoles hacia aquí (Buenos Aires) no hay ninguna primera conversación donde se les pregunte por los toros. Es un lugar común, como preguntarle a un colombiano por la droga...Todos nuestros países tienen alguna verguenza, y pagan siempre justos y pecadores!
Un saludo

Marcos dijo...

No a la práctica salvaje de matar toros y menos justificarlo diciendo que es cultura y tradición...

begoyrafa dijo...

Es lo de siempre, identificar la parte con el todo. Los del norte sabemos mucho de esas cosas cuando se nos presenta siempre una España como tierra de sol, sevillanas y toros.
Y de toros, parece ser que ayer José Tomás hizo una gran faena en Madrid. Pese a ser detractor de la fiesta, este torero tiene algo distinto, no sé. A lo mejor estoy delirando.
Un abrazo
Rafa

angela dijo...

A mí, tampoco me gustan los toros, es que nada. Me parece injusto e incruento lo que hacen con ellos.Pero, no podemos cambiar a los que son fanáticos de la fiesta ....pero si, decirles que nosotros no vemos por ninguna parte ni arte ni cultura. Gracias por denunciarlo.Un saludo de Angela

CarmenS dijo...

Como dice Angela, ni arte ni cultura. Sangre bastante. Precios desorbitados de entradas. Fanatismo con los toreros. A mí todo eso me parece de otro siglo. Y no entiendo como gente que tiene el cerebro bien puesto (que los hay) asisten a un espectáculo tan siniestro.

Rodolfo Serrano dijo...

De acuerdo del todo. Besos

Miriam dijo...

Cuanta verdad en tus palabras!pero quedate tranquila que quien tiene dos dedos de frente, sabe y bien que lo sabe que los españoles no todos estan a favor de esta locula...
Una pregunta, la de la foto eres tu? ´bellisima!
Saludos desde Argentina

Anónimo dijo...

De acuerdo con lo dicho por el resto de bloggeros.

Miriam dijo...

Hola Laura! gracias por devolverme la visita! te espero cuando quieras, yo vendré a visitarte seguido...
besos

F.M.C. dijo...

A este post, le doy las dos orejas y el rabo.
¡¡OLÉ!! ¡¡OLÉ!! y ¡¡OLÉ!!

Unknown dijo...

Viva los toros y la fiesta nacional!!!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, Laura. Yo soy una de las que está en contra de esta "fiesta" en la que se le hace sufrir a un animal por diversión. Un besito.