Aquí estamos un lunes más, después de un día ajetreado. Me siento a comer y en la radio augurios de malos tiempos, de cierres, de quiebras. Un Bush madrugador sale a dar credibilidad a una crisis de la que ya todos nos hacíamos cargo pero que, ahora que jode a los ricos, es cuando le preocupa a los gobernantes, por más tiempo que lleve jodiendo a los pobres. Por la tarde, más actividad, más ritmo y al llegar a la cena, la radio, fiel compañera, me aguarda con cosas más agradables. El programa Hora 25 que conduce (brillantemente, en mi opinión) Àngels Barceló me acompaña con una tertulia sobre la igualdad de género en lo que se refiere al acceso a puestos de trabajo y, sobre todo, a la conciliación de la vida profesional y laboral. Pero lejos de ser una tertulia tópica, resulta amena y cargada de esperanza y energía positiva en plan "Podemos". Lejos de entretenerse en denunciar las causas de que la igualdad completa no se haya logrado, los tertulianos, liderados por la propia Àngels, aportan soluciones para que ésta triunfe a nivel social, profesional y familiar. Porque esos son los tres ámbitos donde se debe incidir y, siempre, sobre los cimientos de una buena educación. Parece que quisiera arrimar siempre el ascua a mi sardina pero, una vez más, entiendo que la educación juega un papel esencial en la resolución de problemas sociales.
Esto que parece obvio, no es sencillo de conseguir ya que, para ello deben poner de su parte tanto padres como educadores, así como los poderes conocidos como fácticos, como los medios de comunicación. De hecho, por un anuncio del Gobierno (el de las letras de Tesoro, se puede clicar en el enlace anterior para leer una transcripción) es por lo que este debate se reabre.
Volviendo a mi exposición y al buen rollo transmitido en la tertulia, lo que en ella señalan como vital es la conciliación de vida familiar y laboral tanto de los hombres como de las mujeres. Como ejemplo ponían el de la famosa reunión que se fija a las ocho y de la que se ausentan casi siempre las mujeres porque sienten la necesidad de atender a sus hijos dejando que los hombres firmen acuerdos entre ellos mientras toman una copa a las tantas.
Ahí está la clave. En un cambio de doble dimensión. Por un lado, el de los horarios de un país que se empeña en ser europeo pero para lo malo, por lo que se ve. Por otro, en un cambio radical en la mentalidad de los hombres que les lleve a sentirse tan responsables de su casa y de su familia como las mujeres.
No sé si será que tengo hoy un buen día, pero a mí no me parece tan complicado como muchos lo pintan, quizá para no tener que hacer nada y echar la culpa de lo que ocurre al destino, que es lo más fácil. Quizá no sea tan difícil, pues, si educamos a los hombres y mujeres del futuro sin incidir en tópicos sexistas (de uno y otro tipo), si denunciamos (como ha hecho la senadora del PP) la publicidad que los fomenta, si exigimos en nuestros trabajos horarios sensatos y flexibles TODOS, no sólo nosotras y, en resumen, si nos mentalizamos de una vez de que la igualdad y la conciliación no se piden para beneficiar a las mujeres, sino para beneficiar a toda la sociedad.
NOTA: Añado la canción Saldo Cero de Tontxu para ilustrar lo que supone la crisis diaria de muchos trabajadores, la que no se tiene en cuenta cuando se habla desde los atriles. Os la dedico a todos los currantes, a los que sentís que os roban con cada recibo de la hipoteca, de la letra del coche. A los que os parece que trabajáis para Hacienda y para el banco. Y en especial, para Marcos, por eso y por mucho más.
10 comentarios:
La verdad que yo no creo que sea tan dificil la igualdad en las tareas domésticas o en las obligaciones familiares, simplemente es un poco de voluntad, quizá hablo por la experiencia más cercana que así me lo demuestra.
El tema de la conciliación laboral y familiar si que me parece un aspecto a debatir muy seriamente, porque no es ni medio normal que la mayoria de los trabajadores de este país salgan a las 7 como poco y así que luego salimos de los gimnasios, escuelas de idiomas, etc a horas en las que teníamos que estar en casa hace rato. Como para conciliar y así luego hay que ver series hasta horas intempestibas para poder compartir unas horas con los allegados, como me comentaba hace poco un amigo.
Pero ésto, es un ejemplo más de lo que ocurre en España, que somos europeos, pero sólo para algunas cosas como el precio de la gasolina, impuestos y demás, pero no para los sueldos, trabajos, horarios, etc.
Respecto a la canción de Tontxu, tiene una letra muy interesante y que habla de realidades de la actualidad.
Gracias por la dedicatoria de esta canción...
Hola!
Pues si, es una vergüenza que tengamos horarios de más de 8 horas de trabajo, por un mísero sueldo, y encima tengamos que dar gracias por tener un trabajo en los malos tiempos que corren.
Luego llegamos a casa, y si tienes la suerte de compartir las tareas con alguien, ni tan mal, pero sino......como plantearnos siquiera la posibilidad de formar una familia. Es casi una misión imposible.
No he podido escuchar la canción, pero lo haré en cuanto pueda. Gracias.
Besotes.
Hola Laura,
Sufro la 'conciliación' de la vida laboral y familiar.. 9 horas diarias porque sí, horarios no flexibles.. total, que en mi casa ceno solo, porque los otros están durmiendo cuando llego.
Y luego ahora, estoy comentando en un blog porque llevo una hora sin trabajo, pero en España se lleva lo de echar horas, lo de la productividad es secundario..
Un Saludo, y sigue con estas reflexiones ;)
muy bueno el post
y me encantó la foto que pusiste!
que cierto es lo que dices...yo no soy mamá todavía, aunque me gustará serlo, y de hecho querría ser una mamá "presente".
en mi caso personal, donde trabajo ahora son muy flexibles en este tema y ponen de su parte para intentar facilitar la conciliación de los dos ámbitos...
difinitivamente, son la excepción que confirma la regla, pero siendo positiva, nunca se sabe, igual gotita a gotita llenamos el vaso...
un beso
lore
Yo creo que las leyes siempre van un poc por detrás de la Sociedad. La realidad del trabajo de hoy en poco se parece no sólo al de hace 100 años, sino al de hace 30. La necesaria incorporación de la mujer (de forma mayoritaria) al trabajo remunerado implica que la sociedad deba cambiar su modelo tradicional. Ahora vivimos una realidad distinta que exigirá medidas distintas.
Un abrazo
Rafa
Hola, chica pelirroja:
Quería pasar aunque solo fuera a dejar constancia de que a pesar de los pesares y de las complicaciones y todo eso, pasearse por tu espacio sigue siendo uno de los placeres del día...
Aunque apenas te lo diga.
hemos ido evolucionando (por suerte). si bien las leyes se fueron modificando (a favor de ud..menos mal!), también es cierto que la mujer cambió su mentalidad. ahora tienen sus proyectos, ganas de progresar profesionalmente (cosa que no sucedía tanto hace 100 años). Antes el hombre era el que trabajaba y la mujer educaba a los hijos. Ahora la mujer se multiplica las tareas y el hombre ayuda un poco más.
me gustan las mujeres con carácter, que se te plantan en la cara y que te liquidan con su fortaleza.
besito.
Mejor para lo sociedad, tú lo has dicho. Que haya igualdad repercutirá en el bienestar de todos, no sólo de las mujeres, también en el de los hombres, los niños, los ancianos... Pero algunos se empeñan en no entenderlo y prefieren seguir vegetando mientras una mujer(madre, hija, esposa) les lava los calcetines.
Yo siempre pienso que el problema de que la igualdad nos e consigua está en una mentalidad muy arraigada entre los hombres, pero pendiente de un hilo en las conciencias.
Yo quiero ser portador de nuevos valores. Si tengo algún día hijas espero que vean a un padre tan entregado a su cuidado, a la casa, a la vida familiar, como su madre.
El amor, a fin de cuentas trata de compartir, ¿no?
La igualdad es una batalla que necesitamos ganar todos.
Únicamente con la unión real de hombres y mujeres, luchando en el mismo frente y con los mismos objetivos, lograremos ganar la partida a cualquier crisis que se nos ponga por delante.
Como tú, coincido en que la clave está en la educación. Así que pongámonos a la tarea y a arrimar el hombro.
Un abrazo muy fuerte y sigue con tus buenos días. Hasta luego.
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