Es sábado, de madrugada. Ella regresa a casa en un taxi. Esta noche vuelve sola y escucha el programa que tiene puesto el taxista. Un psicólogo dice que un alto porcentaje de los padres y de los hijos no se dice que se quieren, aunque sean capaces de admitir que así es en cualquier contexto y ante cualquier persona que les pregunte. Se acaba el programa y el psicólogo se despide pidiendo a unos y otros que lo expresen, que digan "te quiero" porque decirlo es tan importante como sentirlo.
Ella mira por la ventana del taxi de marca Citroen que la lleva a casa y recuerda las veces que ella dijo "te quiero" y siente que quizá fueron pocas, tal vez en momentos inapropiados, a personas equivocadas. Y parece urgirle recordar los "te quiero" que recibió. En su cabeza, sus padres en las noches de pesadilla, sus amigas y las cervezas que chocan al brindar. Las tarjetas de cumpleaños, los álbumes. Con un "te quiero" la despide su novio antes de dejarla subir al taxi.
En la calle no queda ni un alma. El conductor se detiene en un semáforo eterno y su mente hace girar la ruleta de los recuerdos, que se detiene en un instante que creía olvidado y que descubre que sigue ahí, en esa parcela de su memoria donde se esconden los momentos a los que nadie quiso dar importancia.
"Te quiero", "Yo...te quiero". Recuerda su cara, sus ojos fijos. Y quiere negárselo a sí misma pero recuerda muy bien qué día era y recuerda que estaban rodeados de gente y que la música sonaba. Recuerda bien que él pulsó el botón que detiene el tiempo y lo detuvo para confesarle a ella que la quería. A ella.
Y después pidió perdón y agarró su mano y quiso redimirse y acabó apoyando su cabeza en el hombro de ella mientras volvían a casa en un taxi marca Citroen donde, finalmente, la miró y sonrió con el cinismo con el que solía sonreír. El taxi paró y para que ella se apeara, él abrió la puerta y salió para dejarla salir y dejó que ella le rozara al salir como si supiese que aquella era la última vez que tocaría su cuerpo.
<<Son cuatro euros, señorita. Ya hemos llegado>>. Ella vuelve en sí. <<Perdone... aquí tiene>> Mientras espera el cambio, posa su mano en el asiento de al lado y acaricia la tapicería. Recibe el cambio y abre la puerta. << Buenas noches>>. <<Buenas noches a usted, señorita. Y ya sabe. Dígale "te quiero" a esa persona. Que no basta con sentirlo. También hay que decirlo. Ojo, que no lo digo yo. Lo dicen los psicólogos>>.
17 comentarios:
Cuantos te quiero no dichos, y luego es tarde. Me gustó muchísimo esta entrada Laura, está llena de poesía...
Y como siempre me regalás una canción de Serrano que no conocía.
Un beso
igualito que marce, me encantó!
cuantos te quiero me habré guardado yo ... y cuantos habré dicho cuando no tocaban ... y cuantos he recibido que me han hecho sonreir ... y cuantos llorar ...
un besucón
Hola guapisima este cambio de look me tiene un poco loca ya sabes que soy un poco torpe en estos campos, pero me gusta,respecto a la entrada que faci seria decir que hay veces que con una mirada o con una caricia sobra,pero yo creo que solo nos engañamos los que somos un poco perezosos a la hora de mostrar nuestros sentimientos...Yo en particular tengo un hijo que cada noche se despide con un "Te quiero"...
Para los que nunca os lo he dicho...OS QUIERO MUCHO..Aunque vosotros ya lo sabeis....
Aunque caiga en saco roto (a veces) es importante decir "te quiero". Me prometí hace un tiempo, no dormirme, sin decirle al que tengo al lado eso, "te quiero", y salvo que hayamos caído en la inconsciencia, cumplo mi promesa.
No todo es querer, también expresarlo
Besitos y un "tequiero" apretaito pero gordo.
PD Sé que lo puse junto. Por cierto, que lástima que las letras de adveración no pongan " te quiero"
que BUENA entrada, cuanta verdad, cuantas veces reprimimos "el sentir" por.... quien sabe porq.
Anda, echa un vistazo a tu alrededor,
no seas tonta,
mira que no hay un alma que llevarse a la boca,
que hay que repartir caricias
y esta noche me toca.
Que yo también comparto los mismos miedos,
también busco una cinta para atar el tiempo.
También arrastro conmigo una cadena de sueños.
MUY linda entrada, MUY bella poesia y GRAN cancion!
un abrazo Laura
k@ri.-
Laura, hoy me has hecho lagrimear... tu relato lleno de verdades y de nostalgias me ha llegado muy hondo. Ese recuerdo tuyo de ese te quiero, me llevaron a te quieros muy lejanos y queridos. Los primeros que uno nunca olvida...
Y de pronto pensé en los seres que quiero y con el correr de la vida loca uno ve cuando puede y no les dice te quiero. Y los que ve todos los días y por eso se olvida... y tampoco lo dice.
Detenerse un momento, a veces en el lugar menos pensado te trae esas cosas, como esa madrugada y el silencio y ese psicólogo hablando de los te quiero.
Me tomo el atrevimiento de decirte "te quiero Laura" por haberme hecho pensar, emocionar, sentir...
Un abrazo fuerte
Pero decirlo es infinitamente mas complejo (y a la vez mas simple) que sentirlo. Complejo... si. El amor (sea del tipo que sea) es complejo...
Un beso
Ricard
es un lindo mensaje que invariablemente no hace reflexionar. tal vez por pudor, vergüenza, por distancia, seriedad...no decimos los sentimientos que nos fluyen. una lástima.
me gustó la manera temporal en que se desarrolla el escrito.
abrazo lau!
es un lindo mensaje que invariablemente NOSSSSSS hace reflexionar. jejej
tuve que aclarar....quedaba medio raro mi comentario. jaja.
Hay que aprender a decirlo más veces, igual que sonreir, abrazar.
Las cosas irían de otra manera su supieramos decir más veces lo que sentimos.
Gracias por la historia. Creo que ahora iré a Mar a dicirla "Te quiero".
Un saludo.
Hola Lau!
Bienvenida de nuevo!
Me encanta tu cambio de imagen, aunque en el fondo sigues siendo la misma, jjeje.
Muy bonita la entrada, tomaré tus palabra e intentaré decir "TE QUIERO", a las personas que no se lo suelo decir a menudo.
Un besote.
Vine a despedirme.
Fuiste una persona especial para mí en este mundo y qué menos que decirte adiós personalmente.
No me siento con fuerzas para seguir viviendo en el desván. Necesito una existencia real, más allá de paredes virtuales.
Abrí mi espacio en este universo con la esperanza de poder comenzar una nueva vida, de conocer a personas de carne y hueso que sustituyeran todo lo que se me arrebató.
Busqué amistad, conversación, cariño, comprensión, complicidad, incluso amor; pero en un entorno cercano, que ayudara a mitigar el inmenso dolor y la terrible soledad con la que he sido condenado.
Encontré personas maravillosas, tú eres una de ellas sin duda, pero también gente que terminó por darme la puntilla como se suele decir.
La distancia terminó por pudrirlo todo además, pues me hizo caer en la desesperación de ver que todo al final se quedaba en palabras.
Así que abandono. En esta vida si algo he aprendido es que no se puede decir de este agua no beberé, por lo que no sé lo que pasará en el futuro, pero a día de hoy, pienso que es el final de Alatriste.
Necesito encontrar un nuevo aire de una vez o si no, terminaré muriendo ahogado definitivamente. Estoy al borde del precipicio y es que me siento muy mal otra vez, casi como al principio cuando Nuria me dejó.
Muchas gracias por todo lo que compartiste conmigo y fue un privilegio tenerte al otro lado. Compartir lecturas y escritos con alguien de tu talento, fue de lo mejor que me ha pasado en la vida.
Te deseo lo mejor y que la vida te dé todo aquello que mereces.
Espero que te quede algo de mí y que puedas recordarme con una sonrisa. Yo no te olvidaré.
Nunca se me dieron bien las despedidas, así que lo siento. No sé qué más decirte. Me da mucha pena todo esto.
Un abrazo y hasta siempre.
Ramón/Alatriste.
Bonita historia, que te hace pensar, examinar actitudes... Deberíamos practicar esa fórmula tan simple y tan profunda.
Un post muy acertado, sobre todo en estos momentos en los que la "locura" diaria parece que no nos deja tiempo para decir esas palabras tan bonitas y necesarias algunas veces, "TE QUIERO"...
"Déjate convencer" de Ismael Serrano, no podrías haber escogido mejor banda sonora para tu relato.
La verdad que decir "te quiero" es en ocasiones muy dificil. Quizás sea el virus del miedo el que nos hace callar aun cuando nuestro corazón está gritando como un loco en nuestro pecho.
Quizás hoy no tengamos valor, pero siempre habrá un mañana. Sólo hay que intentar no perder la esperanza.
Un saludo.
No sé que mata más, si el relato que tiene tanta, tanta razón... (los "te quiero" que no se dicen, y los que se dicen por costumbre, sin sentirlo, que también hay...), o que suene "Déjate convencer", que es mi canción favorita, junto con Duermes, de Ismael Serrano.
Preciosa.
Un saludo
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