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sábado, 14 de enero de 2012

1996-2012





Cuánto tiempo ha pasado desde los primeros errores,
del interrogante en tu mirada.
La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres,
jóvenes promesas, no, no teníamos nada. (Ismael Serrano. Recuerdo. 1996)





Yo también tengo miedo del futuro. Cómo no tenerlo, si esta deuda absurda se ha cargado los sueños y las ilusiones de los jóvenes, provocando en ellos un prematuro envejecimiento, una inusitada amargura y una terrible sensación de desamparo y desconcierto. Cómo no temer al día de mañana, al porvenir. Cómo no sentarse hoy delante de una taza de té y hundir la mirada en su fondo rojo buscando algún poso que te asegure que todo va a salir bien, que las cosas, malditas sean, van a ir mejor. Agárrate de mi mano, es todo lo que te quiero pedir y es lo poco que te puedo ofrecer.


Yo también me siento cansada y más vieja. Y cada día tengo menos ganas de afrontar esa conversación que tengo pendiente contigo y con tanta gente porque cada segundo que corre en mi reloj es un día en el tuyo. Porque tu tiempo es más lento y menos complejo que el mío, porque tus agujas, con razón, se niegan a seguir mi ritmo suicida, un ritmo destructivo con el que no consigo sino acelerar algo que nunca lograré terminar.


Supongo que hubo tiempos en los que una suerte mejor me conoció.  Ahora tengo miedo al cambio de gobierno, a la subida de impuestos, a tributar un porcentaje similar al que tributa un señor o una señora con mucho más dinero que yo. A tener que oír y callar cuando dicen que soy de clase media y resulta que yo sigo sin saber muy bien quién soy, pero sé que me siento a medias en todo. Odio las etiquetas, los baremos, las injusticias, la pedantería y las mentiras. No soporto que me mientan en mi propia cara y bloquearme hasta el punto de no saber qué puedo hacer para solucionarlo, para hacerlo saber, para tapar las bocas que tantas veces intentaron hundirme y que ni lo han conseguido, ni lo conseguirán.


No me atrevo a decir nada, no estoy segura. Pero creo que algún día, camino del trabajo, entre los bostezos de otra noche de insomnio y las noticias asesinas que salen de tu tableta, te parecerá verme y los recuerdos de todo aquello que vivimos se agolparán en tu mente y te harán sentir otra vez joven y poderoso. Recordarás que fuimos jóvenes promesas y que, en realidad, ilusos de nosotros, no teníamos nada  más que las ganas de recorrer las calles en busca de una revolución que no tuvo lugar y la necesidad de encontrar un portal donde donde ampararnos del frío de la madrugada. Creerás reconocerme después de tanto tiempo, te armarás de valor y me dirás ¿Cómo estás? Cuánto tiempo, ¿te acuerdas de mí? ...


...pero yo ya no seré la misma.


Cuando Ismael Serrano publicó este tema, lo hizo en su disco La memoria de los peces en el año 1996.  El mundo no vivía una crisis, o quizá sí. Quizá el mundo no ha dejado nunca de vivir en una continua crisis. En 1996 Ismael Serrano tenía 22 años. Yo tenía 15 y La chica de la trenza pelirroja era un personaje de mi infancia sin mayores pretensiones que las de entretenerme. Ganaban las derechas y los corazones de los que ansiaban un mundo mejor se resentían. No sé si el mundo estaba en crisis aunque cada día estoy más convencida de que sí, de que siempre lo ha estado.

8 comentarios:

Luis Cano Ruiz dijo...

Dicen que tras todo cambio llega un periodo de crisis; pues ninguna solución es eterna.

Como tampoco somos eternos nosotros, fugaces espejos de lo que una vez fuimos.

Pero, para ser sinceros, con el tiempo acabamos siendo más nosotros mismos.

Cuídate.

Boris dijo...

se tenga la edad que tenga creo que todos estamos expectantes de lo que nos deparara el futuro, por culpa de las crisis hay mucho miedo pero no hay más remedio que tirar hacia delante

Ferragus dijo...

Una buena actitud para enfrentar los cambios, debilitan los efectos de las crisis que los acompañan. Saludos.

Marcos dijo...

Creo que el texto escrito refleja muy bien el tiempo en que vivimos. Quizá con más miedos y cansados, pero en el fondo siempre hay algo que nos invita a seguir adelante y a superar cualquier piedra que encontremos en el camino.

Buena canción la elegida para acompañar el post...

Anónimo dijo...

Pues cerrar conversaciones para cerrar heridas es importante...
te animo a que lo hagas´. Estoy segura que las manillas del reloj te esperarán.
Un abrazo

Laura dijo...

Pues fijaos que desde que escribí este post hasta hoy, han pasado una serie de sucesos (poco importantes, pero determinantes) que me han hecho dar la vuelta a la tortilla. Después de todo, puede que el tiempo sí se detenga de vez en cuando o que, al menos, se lentifique y las cosas se vean de otra manera.

Gracias y besos.

Anónimo dijo...

el mundo depende de tu mirada, no del mundo en sí

Implantes Dentales dijo...

Gran trabajo el que nos compartes, un saludo.